FCS MODULE 1
El
curso Future Classroom Scenarios (FCS) creado
por European Schoolnet en colaboración con iTEC Project contiene 6 módulos y se
inició el 28 de julio de 2014 para explorar conceptos y herramientas centradas
en la enseñanza y aprendizaje innovador. Fue diseñado para dar respuesta a los
nuevos retos con los que se enfrentan los docentes en todo el mundo para
incorporar las nuevas tecnologías en la educación y el impacto de ésta en la
enseñanza y aprendizaje. El curso está disponible en red en el siguiente enlace
FUTURE CLASSROOM SCENARIOS para todo
aquél que tenga interés en adentrarse en este maravilloso mundo de la
innovación. Lo único que no podremos disfrutar es del intercambio real que los
participantes hicieron.
Debemos
destacar la presencia de personas punteras en educación como Val Brooks, Michal
Přibyl y John Warwick.
Por su parte iTEC Project se
encarga de diseñar el Aula del Futuro y está compuesto por 15 Ministerios de
Educación de toda Europa. Engloba docentes, legisladores, expertos pedagógicos
–representantes de cada etapa de los procesos educativos para introducir
prácticas educativas innovadoras en los colegios de Europa.
El Módulo 1 se centra en
ideas y conceptos claves que nos harán reflexionar sobre nuestra actual
práctica y por qué deberíamos cambiarlo. Se realiza una introspección sobre la
realidad del aula a lo largo de la historia (pasado, presente y futuro), se
tiene en cuenta las destrezas del siglo XXI y su papel en el aula.
La primera cuestión de por
qué deberíamos cambiar nuestra forma de actuar viene unida a otras como ¿ha
resultado ser efectiva nuestra forma de proceder en el aula con los alumnos?
¿Por qué deberíamos introducir la tecnología en la enseñanza? Deirdre Butler
Catedrática sobre Aprendizaje Digital en la Universidad de Dublín, responsable
de diseñar y coordinar programas de aprendizaje afirma que los cambios en la
sociedad han sido tan significativos que nosotros, los docentes, deberíamos de
reflexionar en cambiar nuestra forma de actuar porque debemos de preparar a los
alumnos para una sociedad cambiante, para reflexionar lo que hacen, aprender a
aprender porque no podemos saber qué tipo de trabajos existirán dentro de 10
años. No vivimos ya en una sociedad estática y prueba de ello son los aparatos,
los softwares, el cómo interactuamos hoy en día. Deberíamos por tanto prestar
atención a cómo nos relacionamos con los alumnos, cómo se relacionan ellos,
cómo aprenden. De igual forma, la propia sociedad debería cambiar su percepción
del docente, ya no somos fuente de conocimiento, sino diseñadores de
experiencias que tienen como meta principal comprometer a los alumnos a
participar para que lleguen a saber cómo pueden aprender mejor y continúen
realizando ese tipo de reflexiones a lo largo de su vida. Y en este cambio
metodológico, los docentes deben arriesgarse, tener derecho a equivocarse,
aprender, diseñar emocionantes situaciones de aprendizaje y compartirlas con
otros. Estamos en una era en la que los docentes deben cooperar entre ellos, construir comunidades, ayudarse unos a otros
donde la escuela se configura como una organización de aprendizaje.
En todo ello, ¿cuál es el
papel de las nuevas tecnologías? Las nuevas tecnologías nos permiten aumentar o
extender la cognición, trabajar de múltiples formas, tener una amplitud de
medios a la hora de trabajar y están interrelacionadas con las múltiples formas
de estilos de aprendizaje, nos permiten hacer cosas que no podíamos hacer antes
por ejemplo explorar conceptos que antes eran inexplorables. Podemos colaborar
con multitud de profesionales en tiempo real y que experimentan los mismos
problemas y así llegar a comprender mejor las realidades sociales.
Bart Verswijvel,
Asesor Pedagógico en el European Schoolnet nos hace partícipes de una breve
perspectiva sobre la organización de los espacios de aprendizaje en el pasado y
luego explora diferentes formas de disponer el aula y los ambientes de
aprendizaje. Desde el comienzo de todos los tiempos, la gente ha transmitido
sus destrezas, conocimientos y valores a las generaciones venideras. La forma
en la que estaba organizada la educación era diferente a como la estructuramos
hoy en día. La educación era privada y sólo para los ricos como en la Grecia y
Roma Antigua o estaba organizada por los monasterios o la Iglesia como en la
Edad Media. La educación también se dio de manera informal: los artesanos
aprendieron su oficio en su lugar de trabajo. La educación formal y obligatoria
para todos como la conocemos hoy en día no existe desde hace mucho. Es el
gobierno en lugar de la Iglesia o los monasterios el encargado de impartir
educación y de difundir el currículo. Desde la Revolución Industrial tenemos la
producción en masa en las industrias y trajo consigo consecuencias para la
educación. Mientras los padres estaban en las fábricas, los niños pasaban el
tiempo en el colegio. Es sorprendente ver las similitudes entre el colegio y
las producciones en masa en las industrias. La posición de los alumnos y cómo
debían comportarse en clase se corresponde con la vida de la antigua producción
de masa. En la sociedad actual muchas de las actividades que debían hacer los
trabajadores las realizan ordenadores y máquinas. Las fábricas y los lugares de
trabajo han cambiado. Las tecnologías han aparecido de tal forma que los
trabajadores necesitan de nuevas destrezas por lo que esa transición también
debe suceder en las escuelas. Las sociedades han cambiado profundamente y los
alumnos también precisan de nuevas destrezas. No se desecha el modelo
tradicional sólo se aboga que no sea el único existente en el aula.
El ambiente físico en el
aula tiene un gran impacto en la forma de aprender, en cómo las actividades
tienen lugar y en los resultados de los alumnos. Muchos docentes prefieren el
agrupamiento en fila por motivos de fácil manejo de la clase, el de forma de
herradura que permite a los discentes mantener contacto visual con sus
compañeros, en grupo de 4 o incluso más flexibles para utilizar estrategias
colaborativas.
Existen también otras
cuestiones relevantes como el papel que otorgamos a los alumnos, ¿son sólo
audiencia de los docentes? ¿Les damos libertad de definir sus propios objetivos
de aprendizaje? ¿Introducimos las nuevas tecnologías y permitimos que traigan
sus propios aparatos? ¿Fomentamos el aprendizaje externo? La mayoría de los
centros están llenos de cajas. Cada caja contiene una asignatura, un grupo
clase, un horario. Esta segregación de asignaturas puede que no coincida con la
realidad social en la que hoy vivimos. ¿Necesitamos siempre de la presencia del
docente para aprender? Los cambios en el mundo laboral serán una constante en
nuestra vida por lo tanto debemos convertir a nuestros alumnos en aprendices de
por vida. Los papeles deben redefinirse, los docentes deben comunicarse con los
alumnos de diversas maneras, los alumnos deben hacerse responsables de su
aprendizaje, los espacios flexibles en el aula permiten incorporar más estilos
de aprendizaje, la flexibilidad es crucial en la organización del aula de tal
forma que debería facilitar las destrezas del siglo XXI, potenciar el
aprendizaje a largo plazo.
Pero, ¿cuáles son las
famosas destrezas del siglo XXI? Roger Blamire,
Asesor del European Schoolnet hace una aproximación a las mismas. El papel del
docente ha sido desarrollar destrezas, actitudes y conocimiento para que los
alumnos sean ciudadanos participantes en la sociedad y lo han hecho dentro del
aula pero los cambios y presiones están transformando esa concepción. ¿Qué
destrezas deben los alumnos adquirir? Memorizar hechos hoy en día es menos
importante gracias a las nuevas tecnologías. Cuando hablamos de destrezas
hablamos de experiencia, la habilidad de hacer algo. Y de competencia como una
combinación de conocimiento, destrezas, actitudes y valores aplicado a un
dominio concreto. Y en este sentido es de vital importancia las competencias
claves de la Unión Europea: comunicación en el idioma materno, comunicación en
idiomas extranjeros, competencia matemática, competencias básicas en ciencia y
tecnología, competencia digital, aprender a aprender, competencias sociales y
cívicas, sentido de la iniciativa y del emprendedor, conciencia y expresión
cultural.
Todas estas
competencias están intercomunicadas y son interdependientes y pueden agruparse
en las siguientes competencias claves del siglo XXI: la creatividad, la
comunicación, la colaboración, competencias digitales, pensamiento crítico,
responsabilidad social y personal.
La creatividad
como la facilidad de imaginar y expresar o producir algo nuevo y de valor de
manera individual o colaborativa, usando, innovando, corriendo los riesgos
calculados, aprendiendo de los fallos y evaluando para mejorar. Para fomentar
la creatividad nos podremos valer de las diferentes herramientas que las nuevas
tecnologías ponen a nuestra disposición.
La comunicación
es otra de las competencias claves. Es importante saber expresarse en la propia
lengua y en otras también en diferentes situaciones y saber adaptarse a ellas.
La colaboración
no es sino trabajar en equipo para resolver una tarea y alcanzar un objetivo
común, contribuyendo con ideas y opiniones así como respetando la de los demás
y desempeñando los papeles oportunos en cada momento y circunstancia (líder,
seguidor, etc) De igual modo, las herramientas digitales juegan un papel
crucial dentro y fuera del aula o del horario escolar.
Las competencias
digitales que a su vez apoyan otras competencias las dividimos en:
-
Competencias
operacionales, facilitando que las cosas funcionen al seleccionar, acceder y
usar recursos digitales y medios sociales para comunicarse, colaborar,
aprender, resolver problemas o en definitiva, divertirse.
-
Dominio
de la información: esto implica evaluar la información de manera crítica,
comprendiendo los aspectos éticos y legales y siendo un ciberciudadano seguro y
responsable
El
pensamiento crítico es importante ya que el mundo puede ser complejo con
amplitud de información y por ello los alumnos deben ser capaces de resolver
problemas reales, valorar diferentes opciones y tomar decisiones, construyendo
conocimiento, analizándolo. Deben tener responsabilidad personal con aprender a
aprender, en otras palabras, ser responsable de su aprendizaje dentro y fuera
del centro escolar para lograr un eficaz autoaprendizaje. Debemos inculcarle el
gusto por aprender, comprendiendo las fortalezas y debilidades de uno,
reflexionando en ello, la metacognición, autoformación bien planeando alcanzar
objetivos personales o adaptándose a los cambios e intentando manejar los
inconvenientes emergentes. En resumen ser un ciudadano comprometido activamente
con y para la comunidad y las actividades políticas.
Pero
dichas destrezas no son sólo aplicables para los discentes sino también para
los docentes. Debemos modelarnos en cómo hacer las cosas, en cómo crear
contextos para fomentar la adquisición de dichas destrezas, ese debe ser
nuestro objetivo principal.
Todas
estas destrezas deben ser evaluadas, todo un reto que debemos afrontar por
ejemplo al evaluar la contribución de un alumno a un producto/resultado de la
colaboración de otros. Sin embargo, las nuevas tecnologías nuevamente dan la
solución al incorporar herramientas que facilitan la evaluación formativa y
sumativa de las destrezas.
¿Cómo
puede llegar a ser el Aula del Futuro? No hay una única respuesta a tal
pregunta. En Bruselas se ha creado un espacio de aprendizaje flexible
organizado entorno al desarrollo de las destrezas del siglo XXI. En ella el
aula aparece dividida en 6zonas de aprendizaje donde los alumnos crean,
intercambian, desarrollan, investigan, presentan e interactúan y se convierten
en verdaderos investigadores y responsables de su aprendizaje y todo con ayuda
de las nuevas tecnologías. Para leer más al respecto ir al POST SIGUIENTE.